La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, declaró en la causa "Circuito Camps" y sostuvo que ella no fue una desaparecida durante la última dictadura porque no la encontraron en su casa cuando fue allanada tras el secuestro de su esposo Guido Carlotto.
(Fuente: Diario
Norte)
‘El 2 de
agosto de 1977 el Ejército ocupó la calle y el pasillo (del edificio que
habitaba) y estuvieron preguntando por mí, no fui una desaparecida porque no me
encontraron ni a mí ni a mis hijos‘, recordó Estela Barnes de Carlotto al
declarar hoy ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata.
Carlotto
relató durante 45 minutos el secuestro de su esposo, el 1 de agosto de 1977,
liberado 25 días después; y lo que constituyó ‘mi primera experiencia en la
búsqueda de una persona que no se sabe dónde está, con la inocencia de no saber
qué es lo que estaba pasando‘.
Ese día,
Guido Carlotto había prestado a su hija Laura una camioneta de su pinturería
para que la joven, que militaba en la Juventud Universitaria
Peronista, se mudara de la casa que compartía con un matrimonio de compañeros
militantes de apellido Médici-Aued.
Según lo
pactado con su hija, la camioneta debía ser devuelta a las 17 de ese día, por
lo que al pasar ese horario y no recibir el rodado, el hombre comenzó a
sospechar que algo habría ocurrido y, tras evaluarlo con su esposa Estela,
resolvió ir a la casa de la que debía mudarse su hija.
‘Esperé
hasta la madrugada y Guido no regresó, por lo que me comuniqué con un hermano y
decidimos ir a ese domicilio y lo que vimos era algo escabroso, la casa
abierta, toda iluminada y ladrones comunes que aprovechaban y se llevaban
cosas‘, contó Estela ante el tribunal que preside Carlos Rozanski.
Una vecina
le contó que por la tarde fuerzas militares habían allanado la casa y mantenido
un tiroteo en el que mataron a un joven, Daniel Mariani, y se habían llevado al
matrimonio Medici-Aued.; y que por la noche, un hombre mayor se presentó en la
casa y había sido detenido y llevado por la fuerza.
‘Ese hombre
mayor resultó ser Guido, ahí tuve la certeza de que estaba secuestrado pero la
inocencia era pensar °ya lo van a liberar‘‘, apuntó y explicó que mientras
buscaba a su esposo resolvió que debía cuidar a sus dos hijos varones Guido y
Remo.
Carlotto
contó su peregrinaje en busca de su esposo y cómo se contactó con un hombre que
conocía a un profesor universitario miembro de la CNU , Patricio Errecalde
Pueyrredón, quien podría tener datos de Guido Carlotto.
‘Me dijeron
que debía entregar 40 millones de pesos antes de las 15 horas del día miércoles,
yo junté el dinero, vendí cosas, pedí un préstamos, y pagué‘, dijo Estela, que
también habló con el general Reinaldo Bignone, a cuya hermana conocía por ser
ambas docentes.
‘Me recibió
en su casa de Castelar, muy tranquilo y me dijo: ‘vio, señora, pagan justos por
pecadores‘ y me aconsejó que no entregara dinero, que había mucha gente
inescrupulosa y me dijo que iba a mandar a alguien para que me ayudara‘.
La muerte
de su hija
Ya con
esposo Guido liberado, Estela debió nuevamente ir a ver a Bignone, esta vez por
la desaparición de su hija Laura.
‘Estaba
desquiciado, me recibió en el Comando en Jefe del Ejército y me recibió con un
revólver arriba del escritorio y me dice: ‘uno les pide que se entreguen, que
hay lugares para reeducarlos°y yo le dije que si mi hija Laura había hecho algo
que ellos consideraban delito, que la juzguen que nosotras la íbamos a esperar,
que no la maten‘, recordó.
‘Yo pensé
que ya la habían matado y le dije que si la habían matado, que me entreguen el
cuerpo que no quería volverme loca como ahora, que las Madres buscamos a
nuestros hijos en las tumbas NN de los cementerios‘, precisó.
Acotó que
al serle devuelto el cuerpo de Laura, tras ser asesinada poco después de este
encuentro, ‘habrá dicho (Bignone) cuando la maten entreguen el cuerpo a la
madre porque ella me lo pidió‘.
Carlotto
explicó que su esposo estuvo 25 días detenido ilegalmente en la dependencia
policial de Cuatrerismo ubicada en las calles 55 y 14 de La Plata.
Las
torturas
‘El 25 de
agosto a las 23.30 regresó mi esposo. Regresó un espectro, había perdido 15
kilos y estaba en un estado calamitoso de suciedad, físicamente destruido y
marcado por lo que vio (en su cautiverio)y eso lo marcó para que muriera
tempranamente‘, recordó.
Explicó que
su esposo ‘habló 8 horas ininterrumpidas y nosotros creíamos que estaba loco,
todo lo que contaba era tan siniestro, como torturar a una mamá amamantando a
su hijo, los alaridos, que quién iba a pensar que iba a haber lugares así,
pensábamos que estaba loco‘.
Contó que
su esposo le narró sobre la aplicación de torturas y de inyecciones que
provocaban ‘descomposturas, vómitos y que cayeran casi muertos‘, y las charlas
de los secuestradores sobre el destino de los cuerpos.
Finalmente
un día, su esposo oye que alguien, que posteriormente identificó como Ramón
Camps, toca su frente y le pregunta si es Carlotto y ante la respuesta
afirmativa lo trasladan a los calabozos para días después liberarlo.
La defensa
de los imputados no efectuó preguntas a Estela de Carlotto, quien se retiró
aplaudida por el público que presenció la audiencia.
El Tribunal
Oral Federal 1 de La Plata
juzga los secuestros y torturas cometidos en los seis centros clandestinos de
detención que integraron el denominado ‘Circuito Camps‘, llamado así en alusión
al general Ramón Camps, jefe militar de la Policía Bonaerense
durante la última dictadura militar.
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